Revista nº34



LOS RECURSOS INTERNOS

“Lo importante no es dónde estamos sino la dirección en la que nos movemos” 
-Goethe


De dónde venimos…

El siglo XX nos dejó un legado del que no hemos podido desprendernos y que está marcando las primeras décadas del siglo XXI. El “efecto 2000” ocupó páginas y espacios en los medios de comunicación de todo el mundo sembrando la incertidumbre, la inseguridad y el miedo en la mente de todos los ciudadanos de la Tierra a los que llegaba la noticia… Aquello se presentaba como una gran amenaza para la civilización, se vaticinaban problemas insalvables cuando los sistemas informáticos de todo el mundo llegaran a la fecha 00. Las noticias eran alarmantes y, puesto que todo nuestro mundo estaba organizado y dirigido por ordenadores, dibujaban un panorama dantesco en el que múltiples desgracias se producirían a partir del momento en el que el reloj marcase el primer minuto del 1 de Enero del 2000.

¡Y pasó ese minuto, y el siguiente, y el siguiente…! Y aquí seguimos.

Pero -como decía antes- aquel episodio marcó una tendencia que se sigue manteniendo por inercia: la sociedad civil sometida a los dictados del miedo. Aquella semilla plantada sigue siendo alimentada y regada por un sistema perverso que sabe que una persona con miedo es absolutamente manipulable. 

Dónde estamos…

Hoy no hay efecto 2000 pero aquella amenaza ha sido sustituida por otras: las informaciones sobre el peligro de las tormentas solares sigue circulando libremente por las autopistas de las redes sociales… Los más alarmistas plantean un mundo en el que nada va a funcionar pues las interferencias que las emisiones del Sol causarán afectarán a los sistemas eléctricos, informáticos y de comunicación de todo tipo. 

Y cuando hay una tregua en la generación de esas noticias nos llegan otras sobre bacterias (que algunos aseguran creadas en laboratorios) que causan enfermedad y muerte además de cuantiosas pérdidas económicas por las “medidas preventivas” que los gobiernos ponen en marcha para proteger a la ciudadanía.

O nos inducen -empleando campañas de información absolutamente sesgada- a vacunaciones masivas para prever males mayores que van a venir.

Además tenemos el telón de fondo que nos muestra diariamente nuevas imágenes sobre la crisis económica que nos ahoga un poco más que ayer pero menos que mañana.

Y por si eso fuera poco, las decisiones que toman los gobiernos y las instituciones para dar respuesta a todos esos problemas planteados de forma abierta nos sumen en  una completa incertidumbre, sorpresa e inseguridad: Los gobiernos –sean del signo político que sean- sometidos a los intereses del mercado, a la rentabilidad del capital, a la especulación de los “valores” (que circulan de unas bolsas a otras buscando más dinero para los inversores). Se inyecta dinero a las entidades financieras para seguir manteniendo un sistema que está condenado a morir.

Los servidores públicos (políticos) se han olvidado que deben trabajar para la sociedad, que su trabajo y dedicación deben ir dirigidos a cubrir las necesidades humanas y no a pagar la deuda a los especuladores financieros, a los tiburones de las finanzas.

Hacía dónde vamos…

La mente humana es especialmente inestable, sobre todo en estos tiempos. Se ve sometida a los vaivenes de las emociones, a las presiones del exterior, a los retos que se le presentan a la persona y que suelen ser de una naturaleza desconocida. Todos los expertos y analistas de cualquier sector de la sociedad coinciden en que nos encontramos a las puertas de un cambio de proporciones inimaginables, tal vez comparable a la Revolución Neolítica. Los sistemas políticos, religiosos, económicos, científicos y de toda índole han hecho crisis y están abocados a una auténtica revolución. Y el problema es que como nunca se había producido una situación similar, los protocolos de actuación que se aplicaban antes ahora no sirven.

Una mente dominada por el miedo no encuentra salida a las dificultades cotidianas, no es capaz de generar soluciones, no accede al potencial creativo que toda persona lleva dentro… Una mente dominada por el miedo sucumbe ante los problemas y entonces el desánimo, la desesperanza, la falta de confianza y la inseguridad medran a sus anchas generando somatizaciones que probablemente desembocarán en enfermedades tanto físicas como psicológicas.

Para eliminar el miedo y alcanzar la estabilidad mental es preciso que el ser humano encuentre puntos fijos que le sirvan de referencia, pero no los halla ni siquiera en los que aportan las diferentes religiones porque hemos dejado a los dioses un papel secundario, como meras figuras a las que recurrir en casos extremos.

Los dioses son intangibles y en caso de necesidad cotidiana no suelen dar soluciones tangibles, por tanto las referencias tratan de aportarlas otros estamentos también con poca fortuna.

¿Dónde se pueden encontrar, entonces, esos puntos de referencia? Pues sólo en el corazón humano, porque allí se encuentra el programa del espíritu que es inamovible por definición.

Los recursos internos los Valores

Para afrontar todas las crisis que aparecen y seguirán apareciendo ensombreciendo nuestra vida cotidiana es necesario volver la vista hacia el interior y buscar apoyo en las referencias que se encuentran en el corazón del ser humano.

Y eso se puede hacer en dos fases: El primer paso es buscar en el cofre de los valores internos. Es importante tener en cuenta algo que ya hemos publicado en los dos últimos números de la revista y es que cada ser humano sea consciente de sus valores, del marco ético que rige su vida y que va a condicionar su manera de entender la realidad, sus relaciones y su escala de valores. Y es que, a pesar de todos los condicionantes, el ser humano tiene intactos sus valores intrínsecos: la libertad, la verdad, la justicia, la paz y el amor. Estos valores sólo se pueden generar desde el corazón.

El segundo paso es la identificación de sus recursos internos, de las capacidades y habilidades que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra experiencia de vida para echar mano de ellos y utilizarlos para responder a las demandas y retos que se nos presentan. 



Cada vez más gente, en cualquier lugar del mundo, empieza a demandar más transparencia y participación en las cuestiones que incumben a su vida. Demandan independencia de los vaivenes económicos y no estar sujetos a los especuladores financieros. Piden que las instituciones, de todo tipo, no se vean sometidas al dictado de los poderosos. Que la justicia sea independiente. Que su participación cuente y se escuche su voz. 

Todas esas demandas irán en aumento porque la crisis seguirá agravándose y creciendo y eso hará que una multitud de personas en todo el mundo no aguanten más y luchen con las armas de que disponen: 1º, el control del consumo (ajustando la producción a las necesidades y favoreciendo un reparto justo de los recursos) y 2º, su poder de sufragio no en cuanto a su derecho de ejercer el voto durante unas elecciones, sino en un sentido mucho más amplio: el poder que da la participación consciente en las decisiones que afecten al ser humano y al planeta. 

Serán movimientos pacíficos que tratarán de revertir el actual estado de cosas a nivel planetario. 

Proyectos y Utopías para un Mundo Mejor

Reiteramos nuestra convocatoria de participación los días 29 y 30 de Octubre en el VI Congreso que la Fundación Valores organiza en el Teatro de la Casa de Campo de Madrid.

Este año tenemos la ilusión de recoger las aspiraciones e inquietudes de los movimientos sociales que se están activando en todo el mundo. Creemos importante hacernos eco y sumarnos a la energía de cambio y para ello vamos a ofrecer Propuestas Realistas para un Mundo Mejor. Será un evento abierto y participativo en el que intentaremos ofrecer nuevas miradas sobre temas tan complejos como la economía (Paco Álvarez); reflexionaremos sobre la autorresponsabilidad en estos momentos cruciales (Jesús Callejo); la necesidad de ser coherentes apoyándonos en nuestros valores (Luis Emilio Oliver); la oportunidad de encontrar el ritmo adecuado que nos permita vivir plenamente cada situación (María Novo); la verdadera empatía como herramienta fundamental en la convivencia (Fidel Delgado); el Camino del Corazón como una propuesta vivencial buscando nuevas formas de pensamiento y de relación (Mª. del Pinar Merino y Luis Arribas).

Y contaremos con la presencia de Rafael Álvarez, El Brujo, un magnífico actor que nos conmoverá mediante un viaje insólito por el teatro y la poesía de los clásicos hasta llegar a los territorios internos del Ser buscando la consciencia.

Nos acompañará también Federico Mayor Zaragoza, que incidirá sobre la necesidad de la participación ciudadana para dibujar un Mundo Mejor.

La música de Rafael Prado que nos invitará a viajar por el mundo de las emociones de la mano de sus melodías; la voz y la guitarra de Manuel Cobos que nos ayudará a expresar nuestros sentimientos para defender la paz, la justicia, la libertad. Juan Miguel Cuenca y Carmela Pérez desgranarán los versos de algunos poetas que serán como faros de referencia. Cristina Barros conducirá un taller el domingo por la mañana para niños entre 6 y 12 años para vivenciar los valores a través del arte y con Pedro Irurzun unificaremos mente y corazón al compás de las Danzas del Mundo.

Os esperamos a todos con mucha ilusión, sentimos que estamos viviendo una época apasionante y queremos –entre todos- despejar los negros nubarrones que se empeñan en ocultar la esperanza y la luz del futuro cercano… Si erradicamos el miedo nuestra mente será capaz de generar ideas y proyectos realizables que permitirán que los cambios se produzcan por comprensión en lugar de por dolor y de esa manera las sociedades avanzarán hacia una Conciencia Global.



María del Pinar Merino
Conciencia Global